La longevidad del parque tranviario porteño se hizo evidente a comienzos de los años cuarenta, cuándo se hiciera cargo
de la inmensa red tranviaria la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires (CTCBA), ente multinacional
que regiría sus destinos por los proximos diez años.
Por ello en 1944 comenzó en los talleres anexos de la estación de tranvías "Vail" el recarrozado de
viejas unidades a un nuevo diseño, marcando el inicio de una tendencia que seguiría hasta el final del tranvía porteño: el
cambio de carrocerías sobre los viejos "trucks" originales.
Hubo dos modelos principales de coches "Vail", los de 8 ventanillas y 32 asientos de 8,77 metros de
largo, y los de 9 ventanillas y 36 asientos de 9,67 metros de longitud.
Dentro de éstos también algunas variantes de coches con ó sin puertas plegadizas en las plataformas, y pisos en desnivel
o al mismo nivel de éstas. Esto se debía a que las carrocerías se adaptaban a las de los antiguos coches que reemplazaban,
y por ende también adoptaban las primitivas numeraciones, por lo que las series no respetaban un orden correlativo y resulta
difícil discernir la cantidad real que hubo de "Vail".
Originalmente llevaron el color amarillo marfil con una banda marrón bajo las ventanillas, y al promediar los años 40
el logotipo característico de la CTCBA.
El "Vail" fue el primer intento de la CTCBA y el resultado fue un tranvia de diseño austero
pero robusto y duradero, muchos llegaron al final del servicio tranviario en 1963, con el color aluminio y el emblema nacional
con los colores celeste y blanco.